NIEBLA
El cielo se ha tragado el horizonte.
Estoy escribiendo un poema
ahora mismo.
Pero los versos parecen desaparecer
a medida que los escribo,
como si escribiera con tinta invisible,
como si la página se tragara
todo lo que digo.
Los montes que contemplo desde casa,
cubiertos por la niebla
han desaparecido.
Y cuando escribo con la mirada,
si en la página esbozo un horizonte,
se nubla mientras miro.
Qué extrañeza siento cuando esto sucede.
Sé que forma parte de las palabras
desaparecer
como si no pudieran contener
ningún sentido
-a ratos, lo sé,
son sólo significantes vacíos-.
Bien abrigado,
salgo a caminar en la niebla:
me gusta no saber
dónde está la casa o el árbol,
o el principio o el final
del camino.
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