miércoles

Cuando el terremoto cesó








Cuando el terremoto cesó, el árbol estaba roto.
Una vez más hubo que recomponer cada hoja
en su rama, cada rama en su tronco, cada tronco
en su árbol, cada árbol con sus frutos y nidos.

Hubo que buscar las raíces en la oscuridad de la tierra,
y limpiarlas y alentarlas, y dar calor a la savia congelada.
Hubo que buscar las semillas heridas de cada flor.
Hubo que buscar cada pétalo arañado por el tiempo.

Cuando el terremoto cesó, los ojos no sabían
si mirar dentro de las bocas de los cocodrilos
o recoger los pétalos caídos sobre sus dientes
y construir un colchón de nubes y aromas azules.

Y en cada nido hubo que recomponer cada pluma
en su ala, cada ala en su pájaro,  y  a cada pájaro
con su pico abierto llenarlo de palabras de siglos,
y revitalizar su canto con nuevos sonidos
y reivindicar su ser, magullado y empequeñecido.

Cuando el terremoto cesó, el mundo ya no era el mismo.

[1991]

1 comentarios:

Nitrofoska dijo...

¡Hubo que recomponerlo todo!
... un colchón de nubes con dientes de cocodrilo.

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