viernes

Se me olvida el olvido


Remedios Varo - El Encuentro, 1962


Se me olvidan los borrones, los tropiezos, las tiritas;
se me olvidan las miradas de reojo, las grietas en los verbos,
las palabras lanzadas a papeleras virtuales y físicas.
Aunque no están en la página, forman parte de la trama,
y a veces son sombras, significados en los que me cobijo,
o significantes vacíos que toco hasta que me abrasa su frío.
Se me olvida la soledad de los puntos y aparte,
las horas planas, tan calladas,
el reflujo de la tristeza al filo de la tarde,
los atascos en las fuentes de la boca,
los instantes, tan frecuentes, en los que nada moja,
y esos otros en los que el sentido no tiene dirección,
o aquellos en los que la dirección
resulta no tener sentido.
Se me olvida a menudo lo que sueño
y también, tan soñado, lo que vivo;
se me olvida lo que callo y lo que toco,
y también, tan callado, lo que escribo.
Y así, finalmente, sin remedio, poco a poco,
se me olvida el olvido.


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