miércoles

Nostalgia del presente

 
"Take my breath away" de Marcwildpassion

En aquel preciso momento el hombre se dijo:/ Qué no daría yo por la dicha/ de estar a tu lado en Islandia/ bajo el gran día inmóvil/ y de compartir el ahora/ como se comparte la música/ o el sabor de la fruta./ En aquel preciso momento/ el hombre estaba junto a ella en Islandia. (J.L. Borges)


Cargados de pesados equipajes. Como terminan los destinos cuando ya no hay viaje, ni casa, apenas un maltrecho cuerpo al que volver. Aquello acabó quizás antes del inicio del viaje, cuando ya sólo hubo rutinas, acciones vacías, o sombras moviéndose sin objetos entre las miradas sin caminos. O terminó cuando ya no hubo luz en la mirada.

Pero no acabó la nostalgia. Quizás sí, las preguntas. ¿Había un presente sin ella, sin él? ¿Dónde, cuándo, cómo? La nostalgia estaba cargada de sabores compartidos, de sonidos proyectados como un mismo aire respirado; la piel como una prolongación de la otra piel, las salivas mezcladas como se mezclan el sabor de la fruta y el tacto de los labios. La nostalgia era la sombra del vivir el mismo instante y que ese breve tiempo pudiera intercambiarse: tan pronto fuera espacio, tan pronto fuera tiempo. La nostalgia del presente era eso, nostalgia del tiempo y espacio siendo por fin una y la misma cosa.

En aquel presico momento el hombre se dijo: qué no daría yo por la dicha de estar totalmente en el ahora, bajo el gran día inmóvil y de compartir la muerte de cada instante como se comparte la luz que nos envuelve. En aquel preciso momento el hombre estuvo abrazado a la luz un breve instante. Pero enseguida comenzó la nostalgia del presente.
 

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