Imagen: Francis Bacon. |
La tristeza y el agua se parecen
como se parecen el viento y el pájaro,
la llama y la alegría,
la sangre y la guerra.
Sus transparencias reflejan lo que las rodea
mientras distorsionan ligeramente
las formas y los significados.
Como el agua,
la tristeza también se estanca,
pero otras veces corre
y salta en cascadas,
y se evapora y llueve.
La tristeza y el agua se parecen.
Las dos son naturales y necesarias,
las dos adaptan su forma al continente
que la contiene;
las dos mojan y siempre pasan
y como ocurre con aquel baño en el río
-se sabe-,
tampoco nos bañamos
en la misma tristeza
dos veces.
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