martes

Un poema es tan poca cosa

 
Imagen: Pawel Kuczynsk.

Un poema es tan poca cosa. Es además una ‘cosa' que se recibe tan llena de prejuicios. De prejuicios generados por el peso de la Historia, por su gravedad; o prejuicios generados por una cultura acostumbrada a dar importancia al yo que habla, atrapado en las órbitas lógicas del lenguaje. 
Un poema es tan poca cosa.También pre-juicios que son sólo ignorancia disfrazada de ecos de ecos de otros tiempos que no son ahora.
Un poema es tan poca cosa.Qué decir de su insignificancia frente a esta pandemia que ahora vivimos. Un auténtico poema es como una incisión con el bisturí de la palabra en el cuerpo de lo Humano, con todos los riesgos que esa apertura tiene, riesgos de infecciones y riesgos de dolor, pero también con el riesgo de poder sembrar en esa herida semillas de esperanza.
Un poema es tan poca cosa.Tan poca cosa que un mal poema, o un mal libro de poemas hecho sólo para el engorde de un yo, no tiene ninguna importancia. Y fácilmente cumple su objetivo, sin ofrecer nada, ninguna esperanza.
Un poema es tan poca cosa: la única importancia a la que puede aspirar un poema es a llegar a ser presencia, como presencia en el día a día son tantas obras de arte, tantos buenos poemas, que dan expresión a lo que sentimos, a lo que pensamos, a lo que hacemos. Entonces un poema manifiesta su verdadera energía, esa energia que transforma en fuerza la esperanza.
Sólo sólo entonces un poema deja de ser tan poca cosa. Sólo entonces un poema logra llenar silencios de sentido, de importancia. Pero eso ocurre tan pocas veces.
Tantas veces, un poema es tan poca cosa.

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