Foto: Willams K. |
Tú eres el puente
que une las dos orillas de mi mente.
Yo, el tren que pasa.
Tú, la barca y los remos.
Yo, el pez que agita el agua
y que distorsiona
el reflejo del cielo.
Tú eres el fuego que quema
los rastrojos
que crecen en los nidos de mi garganta.
Yo, lo que es quemado,
y la brasa que aviva la noche
y que consume la mañana.
Tú eres el fuego, sin forma ni casa;
yo, la sombra,
que avanza fiel y silenciosa
junto a la barca que avanza.
Tú eres el aire y yo las alas
del pájaro que huye del frío
y que golpea con su pico
en mi ventana.
Juntos somos todo y somos nada;
somos un poco de ayer,
este momento,
y una pizca de mañana.
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