lunes

Rescates

Imagen: Chema Madoz
 
 
 
Cada día tenemos que pagar algunos rescates;
un rescate, por ejemplo, para recuperar
nuestros propios pensamientos;
otro, para sostener el valor de nuestra mirada,
o para reponer la luz que somos
o escuchar nuestros silencios.
Un rescate para detener un momento
la noria de la oferta y la demanda
que pudre tantos cuentos
en el mercado de los velos superpuestos;
un rescate por el agua y por el aire,
y por la tierra y por el fuego,
y por el canto de los pájaros y por la brisa,
y por el árbol
y por el techo.
Un rescate también por sentir
nuestros propios sentimientos;
o por mantener abiertos nuestros brazos
a la voz de nuestro silencio,
o por gritar nuestros derechos;
un rescate por querer lo que hacemos,
o simplemente por querer saber
o por hacer sabiendo,
cada día tenemos que pagar 
tantos, tantos rescates.

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