No hay una ciencia que controle
la maduración de los versos.
No hay, como ocurre con el vino,
una enología del verso,
una versología.
Es más, la lógica y la poesía,
si se aman, no es por igualdad,
sino por complementariedad.
No hay una técnica para madurar versos.
Los hay que maduran muy deprisa,
a la vez que se planta la semilla,
y otros tardan años -décadas incluso-,
y los hay que nunca llegan a madurar.
Otros se quedan como frutos de piedra,
congelados para siempre
en las ramas de su árbol,
y los hay que caen o se elevan,
o se disuelven para siempre
en la nube o en la niebla.
Nunca sabes si en un poema
lo escrito es luz o es sombra,
porque la sombra es eco de la luz,
pero la luz es invisible sin la sombra.
Ninguna lógica funciona para escribir
un poema.
1 comentarios:
hermosoo!!
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