Pintura: René Magritte. |
-Pregunto qué es real en mí -dijo. ¿Unas cien billones de células que -según dicen- forman un cuerpo, y que viven y mueren y se regeneran manteniendo lo que soy en cada momento? ¿Es real mi pensamiento? ¿Quién lo piensa? ¿Cien billones de células que entre genes y memes crearon lenguaje y conciencia?
Pregunto al agua, tantas veces preguntada, y al viento cuando silba -como hoy silva- insistente en mi ventana. Pregunto a las estrellas y a las llamas, al árbol y al pájaro, a la tierra que sustenta mi mirada. Pregunto a lo que me rodea, cuando en mí suena y resuena, y a la luz cuando hace visible el amor o la guerra y la batalla.
Pregunto cuando escribo, cuando dibujo, cuando pinto; pregunto cuando hago una fotografía de tu mirada. Pregunto cuando construyo un personaje, cuando te entrego un escena animada. Una emoción -y su cristalización como sentimiento- ¿son reales?
Pregunto qué es real en mi -concluyó.
Pero las respuestas son sólo granos de arena hechos de sed y palabras. Las respuestas son sólo gotas de agua que flotan en el aire inquietas, gotas que acaban formando en los ojos mundos sólidos, hechos sólo de hielo, o certezas moldeadas con retazos de arena y niebla.
0 comentarios:
Publicar un comentario