sábado

Volver a la escritura como experiencia





Yo no tengo mucho de valor, es verdad; pero algo que valoro y que guardo como un ancla de oro que me fija al mundo, es mi vivencia con las palabras. No hablo de escribir bien o mal, ni de publicar y/o hacer libros, ni de ser o no conocido, ni mucho menos de vender o no vender: eso siempre han sido cosas que pasan, cosas que suceden a quiénes les sucedan… Y está bien. Para mí siempre ha sido algo impensable vivir de la escritura. Y menos en estos tiempos.
Pero mi hacer con las palabras, aunque no me ha permitido ganar dinero, me ha enriquecido, y mucho, y sigue siendo una experiencia apasionante que aun hoy, en estos tiempo de general desencanto, me aporta una energía interna que me recuerda siempre al niño que fui y que me lleva de aquí para allá buscando y buscando…
También creo que sí, que se ha de escribir con un destino. Pero ese destino -descartada la posibilidad de ganar dinero- lo cumple, lo ha cumplido para mí siempre, ‘esa pequeña humanidad’ que nos rodea en el día a día, esas personas de gran humanidad con las que sí hemos podido compartir lo que hemos escrito. A veces es suficiente. Al menos lo ha sido para mí.
Pero para eso quizás haya que regresar, en otra vuelta del destino, a la escritura como -vital- experiencia.
Lo demás, son cosas que pasan.

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