Imagen: escultura de Michelangelo Pistoletto. |
Cada cuál mira lo que mira
por vez primera. Sin embargo,
no vemos esa novedad
de cada instante, y por tanto
no vemos cómo vivimos,
ni tampoco cómo morimos.
Cada cuál mira lo que mira
y su mirada es única
y su pupila imita el hacer
del universo.
Sin embargo, lo que vemos
qué son sino recuerdos,
qué, sino reflejos.
Qué vemos, sino lo ya visto.
Cada cuál mira lo que mira
y con su mirada anticipa
la forma de los objetos
y el encaje de los conceptos,
a pesar de la paradoja
de que la memoria y los reflejos
son solubles en el tiempo.
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