martes

El lío de Heráclito

Imagen: Instalación de Chinaru Shiota


Podría escribir el mismo verso
de amor o desamor,
de rabia o de esperanza,
de sed o de desaliento,
escribirlo y reescribirlo
una y otra vez,

y cambiaría
en cada momento,
como cambian su forma
las nubes en el cielo,
el agua en el arroyo,
las dunas en el desierto;

las mismas palabras repetidas,
pero nunca sería el mismo verso,
nunca la misma rabia
ni la misma esperanza,
nunca la misma sed
o el mismo desaliento.

Las palabras, en el poema,
como el agua en el río,
aunque iguales,
nunca son las mismas,
y aunque inocentes,
nunca son ingenuas.

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