miércoles

Cuando un poema finge serlo



Imagen: Wolfgang Stiller
 
 
Cuando un poema es arrancado
de las ramas de su árbol
antes de haber madurado,
suena como un espejo que se rompe.
Se agita urgente, sí, y quizás haga ruido,
porque hay fuego, por ejemplo,
o porque lo sacude una tormenta
de pensamientos de arena,
pero nadie acude, nadie escucha,
nadie lo transforma en sueños,
o en un salvavidas, por ejemplo,
o en un caballo alado necesario
para atravesar la noche,
o en una barca para unir dos orillas
de un mismo instante.
Porque un poema que finge serlo
es el hueco de una pieza no encontrada
en un gigantesco puzzle 
cuya imagen final
nadie recuerda.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 
;