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Imagen:Nanni Mensch |
Había ojos por todas partes: debajo de las alas,
encima de los armarios como polvo,
debajo de las plantas de los pies indicando caminos,
pero no había visión.
Y había piel, pero no tacto,
había corazón, pero poca sangre,
había ventanas, pero ninguna brisa,
y canción, pero no oídos.
Había libertad por todas partes: fuera de los muros,
dentro de la lengua como fuego,
y en las murallas del horizonte como armadura
incuestionable,
pero no había mundo.
Y había piel, pero ninguna brisa,
había corazón, pero no oídos,
había ventanas, pero no tacto,
y canción, pero no silencio.